El Trapiche

Un campamento propiamente dicho es el lugar de unión de un nómada. Puede ocuparlo por una temporada, o solo por una sola noche, según el sitio y sus alrededores, por favor o no complacer el capricho del vagabundo. Si el pez no pica, o si el juego se ha alejado, o si los vecinos desagradables deberían entrometerse, o si algo sale mal, no es más que una hora de trabajo para él jalar las estacas y estar fuera, buscando ese lugar particularmente bueno que generalmente se encuentra más allá del borde del horizonte. El primer acto de acampar en El Trapiche es reclamar el sitio. Pero la imagen seductora del campista que acampa en su tienda, un símbolo heredado de la gran aventura, no captura realmente el primer gesto de ocupación. Se podría argumentar, por ejemplo, que el automóvil, y no el campista, es el primer ocupante del sitio despejado el volumen inmovilizado del vehículo motorizado constituye una declaración de intenciones mucho más poderosa que la tienda de tela. Otros pueden señalar el mapa del camping en El Trapiche con su nueva mancha de tinta que marca la reclamación de uno, o incluso los detalles de una reserva en línea realizada con meses de anticipación, como evidencia alternativa.