Es fácil pasar por alto el hecho de que los campamentos en La Caldera son muy organizados y se originaron tanto en la necesidad percibida de proteger a los campistas desprevenidos o incultos de las fuerzas más oscuras de la naturaleza, como en el deseo opuesto de evitar la acción humana perversa. La misma expresión del campamento parece intrínsecamente paradójica, con un campamento que evoca un sitio informal y, frecuentemente es temporal, en un terreno que sugiere un territorio dedicado formalmente. Así, el término sugiere agencias de duelo, privadas y colectivas, seductoras y restrictivas, habilitadoras y protectoras, todo al mismo tiempo. Al tolerar un grado de infamia ecológica y confinar a los campistas dentro de una zona específica, los campamentos en La Caldera evitan que los visitantes ocupen cualquier lugar al que puedan acceder. La sutileza del recinto espacial podría ayudar a mantener la ilusión de la libertad, de estar en la naturaleza, pero el campista, de hecho, está cautivo. Como queda claro en el campamento en La Caldera son los primeros lugares públicos para acampar en Argentina no fueron más que grandes, espacios despejados, libres de árboles, en los que se concentraban grupos de turistas. Las prácticas posteriores, tales como restricciones de tiempo, conteos de almohadas, tarifas de admisión e incluso la construcción de fosos impondrían restricciones adicionales.
Camping Quitilipi. Esta casa de campo aislada y ecológica…
Dirección: En la costa del río Caldera y a 9 km de la Represa Campo Alegre, La Caldera Región o Provincia: Salta País: Argentina Telefono: 0387 - 15 4064263